Hiro ya tenía suficientes problemas, vive en un pueblo olvidado por la mano de Dios y con matones persiguiéndole para cobrar una gran deuda, sus únicas alegrías son su familia y su gran amigo Hana, un viejo robot minero… ¡Que ahora una misteriosa mujer de la capital quiere comprar y DESTRUIR!
Me llaman Koniicha, me exploto 24/7 para comprarle comida híper súper Premium a mi gata Blanca, cómics, aceitunas, pan y café (esos últimos son para mi).